martes, 8 de enero de 2008

Regalos

Seguro que en estas fechas todos hemos recibido regalos y hemos regalado, pero ¿os habéis preguntado qué sentido tiene todo eso? No, seguro que no. Quienes me conocen saben que detesto los regalos. Detesto regalar y sobre todo detesto que me regalen.
Veamos, regalar algo consiste en renunciar a ese algo desinteresadamente y dárselo a otra persona como muestra del afecto que sentimos hacia ella. Es una acción generosa y altruista que da y no espera recibir nada a cambio. Y es aquí donde falla todo. Nadie regala nada sin esperar recibir nada a cambio. Todo el mundo hace regalos porque espera recibir algo a cambio. Y eso no es lo que se supone que es un regalo.
Llega el cumpleaños de alguien y todo el mundo le regala a ese alguien. Lo que no saben es que inconscientemente lo hacen para que cuando sea su cumpleaños ese alguien se vea obligado a regalarles a ellos algo. Es decir, lo único que le están regalando es un compromiso social.
Lo que me da tanta rabia de los regalos es que es el colmo de la hipocresía. Gente que te cae muy mal y sabes que tú le caes muy mal de repente te regala cualquier gilipollez. Y tienes que sonreír como un idiota, decir que te gusta aunque lo detestes y darle las gracias. Y la gente hace eso en Navidad, o en tu cumpleaños, y te olvidan durante el resto del año. Pero ya tienen la conciencia tranquila aunque pasen de ti durante los próximos 12 meses. Por eso odio los regalos materiales y los regalos por compromiso.
Si fuese mi cumpleaños e invitara a todos mis amigos, el mejor regalo que me podrían hacer no es una colonia de mierda o cosas igualmente carentes de significado. Para mí el mejor regalo que podrían hacerme es simplemente su compañía. Su presencia, su tiempo que deciden compartir conmigo. Eso es un regalo de verdad. Pero en fin, soy el único que piensa así. Supongo que soy un bicho raro…

No hay comentarios: