sábado, 5 de enero de 2008

El año no empieza en enero

Ya es mucha la gente que me ha felicitado el nuevo año, que me ha deseado todo lo mejor para 2008 y todas esas cosas que se dicen siempre por compromiso y a las que tienes que responder con una sonrisa de idiota: “Igualmente”. Pero la verdad es que esto del nuevo año es un concepto totalmente equivocado. El año no empieza en enero. El tránsito de un año a otro supuestamente conlleva cambios, una nueva etapa, con cosas nuevas a las que tienes que acostumbrarte que marcan tu día a día y que el año pasado no estaban, y otras cosas a las que estabas acostumbrado el año pasado y que este año ya no están. Yo quizás, por ser estudiante, tengo la suerte de verlo un poco más claro. Yo no mido los años igual que todo el mundo, sino según los cursos que voy estudiando. Me refiero, cuando digo “El año que entré a la carrera…” me estoy refiriendo a la segunda mitad de 2005 y la primera mitad de 2006. Yo lo cuento todo como el mismo año. Y la segunda mitad de 2006 lo cuento como un año distinto, “el año que estaba en segundo de carrera”. Seamos lógicos, en cualquier curso no cambian demasiado las cosas de diciembre a enero a la vuelta de Navidad. Como ya os habréis percatado, el año lectivo va de septiembre a junio o julio en teoría, pero en carreras tan… “light” como la mía siempre se alarga hasta septiembre del año siguiente, la última oportunidad. Es por eso que para mí el año empieza en septiembre. En enero ya llevamos varios meses del nuevo año. Pero no pasa sólo con las carreras. Los colegios e institutos también empiezan en septiembre el nuevo curso, tras acabar en junio y disfrutar de las vacaciones. Cualquier currante suele disfrutar de sus vacaciones en verano y volver al trabajo en septiembre. Y más cosas que marcan nuestro día a día empiezan en septiembre: La temporada de fútbol empieza en septiembre (más o menos) y dura hasta junio, curioso ¿no? ¿Y la televisión? Siempre es en septiembre cuando presentan los nuevos programas y renuevan la programación que ya había para la “nueva temporada”. Así pues, no os dejéis engañar. Si fuésemos objetivos celebraríamos el cambio de año en septiembre, que es donde más cambios se producen en nuestro día a día. Todo lo demás es hacer el indio.

¿O no?

1 comentario:

Lukaresa dijo...

k bueno! Muy buena entrada
La verdad es k tienes razon en eso d k de diciembre a enero no cambian muxas cosas comparado con septiembre y eso. Pero esk la religion tiene muxo peso aun (por desgracia) y por eso el año se cuenta de esta forma tan "absurda"... (Nacimiento de cristo, etc) Otra cosa mas k añadir a la "Lista de cosas absurdas"